Primera parte:
"A veces Petra y yo jugábamos a eso, ya sabes, lo típico de
ver a alguien por la calle e imaginarle una vida, nombre, profesión, carácter
de su madre; ¿que tú nunca has jugado a eso? ¿Pero tú de dónde vienes? La cosa
es que aquel día lo bordamos, vaya, que lo vivimos con intensidad, o sea, que
por nada del mundo hubiera yo querido enterarme de la vida real de aquel tipo,
que seguro que era mucho más aburrida que la que le habíamos endilgado. Total,
que aquel tío sumiso, bajito, de piel oscura y rasgos puede que levemente
aindiados que esperaba en la cola del paro era un mero correo para la persona a
la que servía, es decir, que un narco colombiano huido a España se servía de
adláteres como éste para solucionar papeleos como echar el paro;
paradójicamente para quién estaba forrado, tenía que echar el desempleo para
guardar las apariencias. Entonces le dije a Petra que no se extrapolara, que
estábamos hablando de Justino, el indio de la cola, y no de su jefe, y ella que
qué más da, y yo que había que guardar las normas, y ella que quién había
escrito esas normas, y entonces se me ocurrió que los personajes de mis relatos
estaban vivos pues convivían conmigo en mi cabeza y así se lo dije, y entonces
Petra me dijo que yo escribía más en mi cabeza que en un papel y también me
dijo <<cómeme la polla>> desde su cuerpo de turgencias enhiestas y
melena rubia, y yo le dije que a veces me dejaba sin palabras, y ella que quizá
era su parte macha que le salía, y es que llevaba una temporada confesándome
que le miraba mucho el culo a las tías, que no estaba segura, que a ver si, y a
mí me gustaba saber que yo sabía sus cuitas y su novio no, y pensaba que Petra
era un personaje en sí misma y que quizá yo era otro personaje, ojalá, así que
a lo mejor todo no era más que un gran escenario, lo malo es que a mí me había
tocado representar a un joven en paro cuya demora en esa situación postergaba
más aún el reingreso a la vida activa, entrando así en una espiral de
impredecibles y tediosas consecuencias. Menos mal que estaba Petra."
Creo que este fue el momento exacto en que cogí las anginas. |
Estrenando vestido de Tintoretto black and white. |
Las botas mosqueteras vuelven a estar en boga. |
Intentando disimular mi cara de frío. |
Solecito... |
- Vestido: Tintoretto
- Botas: Mary Paz
- Chaqueta perfecto: Bicolare
Estas atentos a las siguientes partes del relato, esto será como las novelas por fascículos. Si os gusta si estilo, ya lo convenceré para que se deje caer más...
Nos vemos el miércoles.
Besos, Petra
Entonces, las anginas están en los muslos. Ya me rumiaba yo algo.
ResponderEliminarNo siempre por la boca muere el pez Bemba...
EliminarBesos, Petra
Genia, no se que decir, sin límites, que yo también tengo algunos relatos jajja sin frio
ResponderEliminarLos límites son algo que nos imponen religión y estado. La moral es algo intrínseco en el ser humano. Sin intermediarios.
EliminarBesos, Petra
Punto 1: me encanta el texto y la emoción de los fascículos! Punto 2: a mí esas botas me recuerdan a una barra para hacer posturones... Punto 3: porque tú dices que es un vestido porque si no no lo hubiera averiguado nunca. Punto 4: Lo he conseguido: voy hacia el 2015 con tu blog jiji
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